Hoy es el trigésimo aniversario del comienzo de la guerra por las Islas Malvinas, el último cartucho de una nefasta dictadura militar, que culminó con la vida de 649 adolescentes que debieron convertirse en soldados, sin equipamiento material ni estratégico.
Los casi setecientos caídos en la guerra, y los sobrevivientes, fueron víctimas del frío, el hambre y el miedo extremo; pero también fueron héroes porque lo afrontaron con valentía y afecto por su país.
Hoy, 2 de Abril, no es un día para celebrar nada. Es un día para recordar, para hacer memoria de una guerra originada por un gobierno de facto, el más macabro, en donde se enviaron a jóvenes de 18 años al más crudo y violento de los escenarios.
Mis respetos para los familiares y héroes de Malvinas, aquellos que dejaron su vida en las Islas, a los que no soportaron la tragedia y a los que aun hoy siguen sobreviviendo.